jueves, 19 de abril de 2012

;)

El ruido de la calle me despierta, me levanto de la cama y abro las persianas para ver la calle, estaba colapsada de gente que iba al colegio y trabajar y había un ritmo frenético. Pero hoy era mi día libre y no tenía que preocuparme por eso, así que voy al baño, y miro mi reflejo ¿Quién seré hoy? Soy una mujer joven, ¿una niña? de unos 15 años. Me dirijo al salón y me tiro en el sofá, desde allí veía mi mochila llena de libros, me viene a la cabeza que soy estudiante de secundaria y al parecer por el ambiente de mi casa, con muy buena familia, y buena casa.
Cuando abro el frigorífico veo que esta vacío, y decido ir a comprar. Paso el día muy tranquila pensando en mis cosas, cuando de repente recibo una llamada, era mi mejor amiga, que me llamaba llorando, yo muy preocupada le pregunto que qué sucede, y me explica entre sollozos que su novio le estaba siendo infiel y lo acababa de descubrir después de dos años de relación. Yo le intento tranquilizar, pero al final me cuelga llorando, tal como había llamado.
Esa llamada me hace reflexionar sobre las relaciones, ¿Acaso es mejor disfrutar de mi juventud soltera o exponerme a sufrir sin merecerlo? Para mi la respuesta es clara, soy una mujer joven, independiente y en la flor de la vida, y esta es mi manera de disfrutar el vivir al máximo. Sin embargo muchas veces he pensado en los consejos que me daba mi abuela, siempre decía lo triste que era envejecer sola, y la verdad, eso a mi también me preocupaba. Estaba totalmente a favor de las chicas independientes que decidían no casarse nunca y vivir como las mujeres de las series americanas que tanto nos gustan. Pero me afectaba la idea de tener que ser una abuela solitaria, quizás deberíamos disfrutar nuestra juventud de flor en flor, y comprometernos cuando nos cansemos de las fiestas, de tener la cama entera para nosotras, de las noches interminables por la calle con las amigas y de cocinar para uno.
Después de tanto pensar me di cuenta que lo importante no es la edad, ni la situación, ni como vivamos, sino encontrar a alguien con el que realmente estés a gusto y lo puedas compartir todo.

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